El primer gusano informático conocido fue creado por un estudiante de la Universidad de Cornell en Estados Unidos. El gusano fue creado en 1982 por Robert Tappan Morris, un estudiante de doctorado de la Universidad de Cornell. El objetivo de Morris era comprobar la seguridad de la red informática ARPANET.
Sin embargo, el gusano se propagó más rápido de lo que Morris había previsto y se extendió por toda la red. El gusano se replicaba a sí mismo y se propagaba a través de la red, llegando a infectar alrededor de 6.000 computadoras en solo unas horas. Esto provocó que la red se colapsara y que la gente tuviera problemas para acceder a ella.
Como resultado de esto, Morris fue acusado y condenado por violar la ley de Estados Unidos sobre el uso fraudulento de computadoras. Esto fue el primer caso de este tipo, y marcó el comienzo de la era de los gusanos informáticos. Desde entonces, los gusanos se han convertido en una de las formas más comunes de malware, y las empresas de seguridad informática han desarrollado muchas herramientas para ayudar a los usuarios a protegerse.
A pesar de la destrucción que causó el primer gusano informático, también es importante destacar los beneficios que ha traído a la comunidad informática. El gusano de Morris sirvió como una advertencia para la comunidad de seguridad informática, y llevó a la creación de nuevas herramientas y medidas de seguridad para prevenir futuros ataques.
En conclusión, el primer gusano informático fue una experiencia significativa para la comunidad informática. El gusano de Morris llevó a una mayor consciencia sobre la seguridad informática y ayudó a desarrollar nuevas herramientas para prevenir futuros ataques. Aunque los gusanos informáticos pueden ser extremadamente dañinos, el primer gusano informático también ha sido una fuente de beneficios para la comunidad informática.